--El arte que para muchas personas resulta algo superfluo por su valor material, sigue siendo el elemento más sólido que tiene a su alcance el ser humano como forma de expresión y de superar situaciones difíciles y traumáticas.
--Lo importante de un libro no es su estética, sino las ideas que encierra, lo que nos transmite, en este caso un valor más emocional que literario. Pues lo esencial es invisible para los ojos, sólo se puede ver con el corazón.
--En esta búsqueda de información y de trabajo en la realización de este libro hemos podido comprobar que la mayoría de los países están cada vez más sensibilizados con su historia, y obsesionados con su imagen, y aunque la mayoría de las veces no quieren llegar a la verdad ya que implica dolor si quieren respeto
-- Os diré que en muchos momentos me he sentido un disidente. Sólo hemos intentado aplicar el sentido común que por cierto cada vez más se considera más subversivo pues acercarse a la verdad siempre resulta revolucionario.
--La memoria histórica es justicia humana, la escritura de un libro no se puede domesticar por ese motivo un libro es único.
--Nunca olvidaremos el apoyo que nos habéis brindado.
1 comentario:
Me encantó el contenido, el título y la portada comentada en el interior, con una guitarra, un clarinete, y un ojo.
Creo haber dicho que me duro su lectura una tarde-noche hasta las dos de la madrugada, suceso que no se había producido en mi vida desde hace muchos años.
El libro para mí, reconozco que tiene un atractivo muy superior al que puede presentar para un público más joven que yo, que tenía 10 años en 1936 y revivo impresiones indelebles de aquellos sucesos. Vivia en Caspe, ciudad que estuvo primero en poder de los sublevados, luego vinieron aquellos comunistas de Barcelona y dos años después llegaron los partidarios de Franco.
Conocía de cerca a muchas personas, padres y abuelos de intimos amigos mios, a quienes fueron matando unos y otros contendientes, señalados por sus tendencias políticas. Vi por primera vez en mi vida un muerto junto a una barricada frente a mí casa, abogado en ejercicio a quien conocía mucho por la relación que le unió a mi hermano mayor.
Presencié el paso de detenidos por los milicianos, que iban a morir asesinados...
Para que seguir. Todo forma parte de una época de mi vida, entre los diez y trece años, que jamás podre olvidar y que me marco para siempre. Desde entonces he leído multitud de artículos y libros tratando de justificar lo injustificable y os puedo asegurar que Areles, ha sido un verdadero hallazgo. Gracias, Teresa y Jesús por vuestro inestimable trabajo.
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