Presentación

La idea de este libro se ha ido gestando desde hace unos años. Ha pasado un tiempo desde que comenzamos a ponerlo en marcha un tiempo en que ha sido necesario superar duros momentos en los que gracias a la firme convicción de saber que hacíamos lo correcto nos fue inyectando dosis extra de la energía y el optimismo necesario para poder llevarlo a término.
Elegimos como vehículo el libro porque la cultura fue una de las más importantes reivindicaciones de la época en que vivieron los hombres y mujeres cuya memoria aquí pretendemos recuperar y homenajear. La lectura es una excelente herramienta a la hora de transmitir al lector un amplio abanico de vivencias, acontecimientos, ideas y sentimientos etc.
Hemos tenido la gran suerte de compartir con muchas personas que se han identificado con nuestro proyecto y que hemos contado con una gran ayuda y solidaridad desinteresada por su parte, lo que muestra una extraordinaria calidad humana. Para nosotros ha sido esta una experiencia extraordinaria y muy emotiva. Los beneficios obtenidos con la venta de ejemplares irán destinados a un fondo de libros y DVD que serán donados a la biblioteca municipal de Uncastillo.
Nos gustaría que a través de este testimonio estas generaciones de jóvenes y otras venideras tengan una idea de la España de la época más ajustada a la realidad.
La pretensión del libro y del proyecto en general es recuperar parte de una memoria que por distintas circunstancias ha permanecido durante mucho tiempo en letargo. Un silencio que dado el tiempo transcurrido desde los hechos luctuosos que dan arranque a esa memoria y los contundentes cambios políticos y sociales acaecidos, ha debido interesar a todos, no derivando por tanto únicamente, como se pretende con demasiada frecuencia, de imperativos políticos dimanados del ejercicio del poder.

miércoles, 20 de octubre de 2010

ANATOMÍA DE UN INSTANTE

Posiblemente “ Anatomía de un instante” ha sido con diferencia el libro más difícil que le ha tocado escribir a Javier Cercas y seguramente el que más trabajo le ha llevado. El libro nos hace una disección de un instante en el que Adolfo Suarez, Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo se mantienen de pie en un hemiciclo en el que suenan las metralletas y las pistolas con el objeto de intimidar y paralizar a todos los políticos presentes en aquella sesión. Yo diría que resuta ser un libro muy raro(y que incluso su contenido puede llegar a no ser nada atractivo al lector, pero una vez leídas las primeras páginas no tienes más remedio que llegar hasta el final), que participa de la crónica y documentación de la época, que contiene ensayo, y se permite el lujo de introducir biografías y cruzarlas, para que la narrativa resulte ágil y agradable al lector. En ningun momento resulta pesado, manteniendo el interés. Yo lo definiría como un crisol de genéros, destacando la experimentación que el autor hace con la novela y con la narrativa. Es historia y literatura y constantemente sientes la búsqueda de esas dos verdades. Personalmente recuerdo aquel día. Yo había sido padre en Enero, trabajaba en el Corte Inglés de noche y pertenecía al comité de empresa. Me presenté como independiente pero en temas jurídicos y de estatutos me apoyaba en el sindicat U.G.T. entoces ubicado en la calle Aznar Molina. Recuerdo aquella noche. Uno de los compañeros dijo haber visto “ tanques” parados en la carretera de Valencia, enfrente del cuartel de Valdespartera, él vivía en Cuarte de Huerva. Yo me asusté y pedí permiso al encargado con la intención de acudir al sindicato. Recuerdo que tomé todas las precauciones posibles. Yo no estaba afiliado pero tenían datos mios por la cantidad de veces que había tenído que ir. Al llegar no entré en la calle y casi a oscuras me metí por un camino rodeado de árboles para comprobar la no presencia de policía, pero tampoco de luz en el interior del local. No tuve miedo pero la primera idea que me vino es que había que hacer algo y sólo sentí desasosiego... Como Cercas nos describe muy bien en el libro, en la calle no había nadie. Lo más duro es que no hubo resistencia al golpe. La reacción popular fue nula. Había miedo a un posible conflicto de guerra civil. Mi pensamiento fue el de Salvador Allende, que para mí siempre representará la belleza del compromiso, lo dejaron sólo y se mantuvo firme hasta el final. Cercas describe en un puñado de páginas la cobardía de este país que no fue capaz de salir a la calle... Me consta que Cercas es un escritor valiente y atrevido. En el libro dice lo que piensa y lo que el sintió ese día contándonos lo que pasó, porque España es un país democrático y en las páginas de este fenomenal libro hay una reivindicación y una reflexión de la valentía y del coraje que esta siendo prostituido y monopolizado por el discurso de la derecha y la retórica fascista. Cuando el hemiciclo se llena de guardiaciviles lo normal es tirarse al suelo. Lo excepcional es no hacerlo. En soldados de Salamina lo excepcional era no matar. En la velocidad de la luz, los dos personajes existencialistas en su derecho de hombres libres, son los que dicen no. Esto es lo que nos hace hombres. En este mismo libro la literatura no contesta preguntas, las formula. Porque un escritor donde no hay un problema lo ve y se interroga y te hace pensar... Volviendo a “ Anatomía de un instante” nos transmite el último gesto épico de la historia más reciente de España, regalándonos una de las mejores metáforas que he leído: con él termina la guerra civil, la transición y la posguerra. Cuando el lider comunista y el militar deciden jugarse la vida por la democracia se acaban las dos Españas. Y el libro cuenta la conquista de la democracia española, mostrándonos a los políticos como hombres de carne y hueso que hicieron algo muy difícil: construir una democracia viniendo de una dictadura. Estos tres personajes por suerte traicionaron a sus seguidores: Mellado a los militares, Carrillo a los comunistas y republicanos y Suarez al franquismo. Y es que como dejó escrito Ortega y Gasset: el ser humano se siente obligado a indagar y a decidir, pues no puede vivir sin saber a que atenerse con lo que hay y lo que pasa a su alrededor, con lo que pasa en general. Un ser verdaderamente humano no se refugia allí donde se incita a no pensar y a quedarse quieto, sino que asume de buen grado y por su propia supervivencia la decisión de vivir y elegir en medio de ese naufragio de la existencia. Esa es precisamente su dignidad y su reto.

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